El Regreso

A lo largo de las centurias gastamos nuestro esfuerzo en distraernos, evadirnos o matarnos entre nosotros; mientras que ellos avanzaron en sintonía con un único fin: Acabar con la plaga del hombre y recuperar su tierra. Nos superaron en inteligencia, astucia y paciencia. No tuvimos oportunidad alguna y casi consiguieron su objetivo.
Pero en ocasiones, la historia nos demuestra que alguien pequeño, insignificante, puede marcar la diferencia. Los Dracanos eran invencibles pero la casualidad encendió una llama de ilusión. Nada podía atravesar su escudo, una suerte de campo de fuerza que los protegía de cualquier agresión, impenetrable pantalla que un joven pudo burlar. Su enfrentamiento con el dracano fue fortuito y el por qué aquél muchacho, en pleno siglo XXI, llevaba una espada lo desconozco.
Pero en ocasiones, la historia nos demuestra que alguien pequeño, insignificante, puede marcar la diferencia. Los Dracanos eran invencibles pero la casualidad encendió una llama de ilusión. Nada podía atravesar su escudo, una suerte de campo de fuerza que los protegía de cualquier agresión, impenetrable pantalla que un joven pudo burlar. Su enfrentamiento con el dracano fue fortuito y el por qué aquél muchacho, en pleno siglo XXI, llevaba una espada lo desconozco.
Lo cierto fue que aquel chaval atravesó la coraza invisible que tantas pesadillas había causado a la humanidad y, por primera vez en un año de enfrentamientos, sesgó la vida de un invasor. Erik, que así se llamaba, se convirtió en la esperanza de la Tierra. De ese modo volvieron los hombres que antaño nos defedieron de las criaturas y consiguieron expulsarlas.
De ese modo, regresaron los Caballeros y Erik "El Matadragones" fue nuestro primer paladin moderno.
(Dedicado a Victor Asís)
Comentarios
Publicar un comentario